El Ballet de Montecarlo protagoniza una campaña promocional de Mónaco en Internet en la que se pone en valor la cultura, la tradición y el carácter universal del Principado a través de un video. De esta forma, Internet se convierte en factor clave de innovación en la promoción de un destino turístico. ¿Qué vende el video?: cultura, sensibilidad y belleza. ¿Cómo logra la difusión?: a través del canal con mayor audiencia del mundo, es decir, webs y redes sociales. De hecho, éste es un post patrocinado, el primero de esas características que escribo en mi blog, ya que una plataforma de marketing internacional se ha puesto en contacto conmigo para que colabore en la difusión de su campaña. Evidentemente, el futuro es digital.
Mónaco quiere cambiar su imagen con tres videos que transmiten valores diferentes: La apuesta por la cultura, el compromiso del Principado con la defensa del medio ambiente y su contribución a la ayuda humanitaria en Mali. Los rodajes son de extraordinaria calidad y consiguen el objetivo que perseguían: Transmiten una visión distinta de Mónaco y refuerzan su posicionamiento como capital europea de la cultura, el medio ambiente y la solidaridad.
Me centro en uno de los videos. El que tiene como protagonista al Ballet de Montecarlo: “Desde ahora hasta 2020, Europa está llamada a desarrollar y promocionar la tradición de excelencia de la cultura del viejo continente”. Es la primera frase, y todo un anuncio de intenciones, que se puede ver en el video, donde se remite al documento “Estrategia Europea 2020”, aprobado en Bruselas el 3 de marzo de 2010.
En el anuncio, sponsorizado por el Principado de Mónaco, el protagonista es el Ballet de Montecarlo, que ha actuado en los escenarios más destacados de la escena internacional a lo largo de los últimos 30 años, demostrando su influencia en la cultura europea.
La cámara nos cuela en el estudio del Ballet de Montecarlo y nos cuenta una historia: el viaje de la compañía a Brasil. La atmósfera, la luz, el vestuario y la música recrean con la maestría del mejor cine esa sala donde se realizan los ensayos.
Una voz en off reflexiona en alto: “El coreógrafo no es un pintor o un escritor, siempre depende de otros”. Enseguida vemos en pantalla a Jean-Christophe Maillot, el director y coreógrafo del Ballet de Montecarlo, vestido de riguroso negro, quien explica que “los bailarines son fundamentales.
La compañía reúne a personas de distintas nacionalidades y culturas. Y te das cuenta de que cuando la gente siente pasión, en ese caso, bailar todos juntos se vuelve algo sencillo”. Explica esto mientras la compañía ensaya escenas del ballet de Romeo y Julieta.
La primera bailarina del Ballet de Montecarlo, Bernice Coppieters, ha creado una versión original de la obra, con una Julieta que exhibe una personalidad muy potente. En escena aparece una bailarina de origen chino que proviene de la Academia de Danza Princesa Grace. Tiene 18 años, se llama Yi Sun y ha sido elegida para encarnar el personaje principal. Con fragilidad y timidez asegura que la experiencia está cambiando su vida.
Las imágenes del ensayo y la música acompañan las palabras del director de la compañía, cuando añade: “Tengo bailarines de 20 países diferentes y me gustaría devolver a Mónaco lo que el Principado me ha dado a mí”.
El mejor ejemplo del puente cultural entre Mónaco y Sao Paulo son dos hermanos: Alexis y Georges Olivera, bailarines nacidos en Brasil que van a volver a su país para actuar con el Ballet de Montecarlo. Ambos, junto con Yi Sun, se muestran muy excitados con el tour, a la vez que en sus rostros reflejan el cansancio de los ensayos.
Como embajadores del legado cultural de la vieja Europa, cruzan el Atlántico. Y llegan a Sao Paulo, con el ritmo de la música brasilera en el autobús. Los integrantes de la compañía de Ballet de Mónaco, y especialmente los dos hermanos, viven como un momento mágico poder bailar en Brasil. Les parece un verdadero milagro y confiesan que jamás pensaron que su familia les pudiera ver actuar en “casa”, con una compañía del viejo continente.
En las imágenes vemos los selfies de los hermanos en las calles de Sao Paolo. Después se abre el telón y empieza la actuación, de gran sensibilidad y belleza. Tras el éxito, Yi Sun confiesa sus nervios y los dos hermanos reciben felicitaciones y abrazos de sus familiares, en escenas emotivas y alegres, con música brasileira de fondo.
El video nos devuelve al Principado de Mónaco. Vemos imágenes aéreas y enseguida a Bernice Coppieters, quien nos cuenta que “empezar a bailar en otros países, no es fácil. Pero nunca hay que decir nunca jamás”. Ella misma no descarta volver a bailar. Y sentencia: “Aquí estoy”. Así se presenta Mónaco, como embajador de la cultura europea ante el mundo.
El Principado quiere jugar un rol protagonista y cambiar su imagen. No renuncian al lujo y el glamour, pero quiere reivindicar otros valores, como el legado cultural y su vocación universal. Este video es un buen comienzo. Para ver las tres versiones, pincha al lado del botón de voz, en el icono-diapositiva de selección de video.
(Post patrocinado por Principado de Mónaco, todas las opiniones son mías).