El 36% de las mujeres que sufren maltrato en nuestro país no denuncian porque no se sienten víctimas. El maltrato empieza mucho antes del primer golpe y por eso es clave reconocer las primeras señales.
La violencia de género se sigue cobrando decenas de vidas femeninas cada año en nuestro país -43 en lo que va de año- . A pesar de los esfuerzos legales y económicos por frenar esta lacra, los asesinatos machistas no cesan, y son muchas miles las mujeres que sufren violencia en sus hogares. Y es que todavía hay muchas que no saben identificar qué es maltrato ni dónde empieza. ¿Cuáles son las primeras señales? ¿qué es lo que se puede consentir y lo que no? Aclarar esas dudas es el propósito de esta guía útil. “Hay muchos comportamientos que la mujer identifica como muestras de amor y que son señales de lo que puede convertirse en una relación violenta, como el intrusismo constante en la vida diaria; el control excesivo, el hostigamiento, los gritos, la celos, las llamadas de teléfono continuas y la exigencia de compartir las claves de redes sociales o smartphones. El aislamiento del círculo de amigos o de la familia; la necesidad de posesión imponiendo una determinada forma de vestir, pensar o actuar, ridiculizar a la mujer y hacer que se sienta culpable, son actitudes muy determinantes de maltrato físico o psíquico”, resume Ángeles Carmona, la presidenta del Observatorio contra la Violencia de Género y vocal del Consejo General del Poder Judicial.
1.-Primeras señales
La violencia está presente en todos los ámbitos y no tiene edad. Es como un virus de amplio espectro y para detectar sus síntomas, existe un test del maltrato, con tres fases muy claras y un aumento gradual del peligro. Si no quieres caer en la espiral de violencia, reacciona cuando saltan las primeras alarmas:
Te ridiculiza
Si te hace sentir inferior, torpe o inútil, ¡ojo!: ahí se enciende el semáforo rojo. Marisa Soleto, directora de la Fundación Mujeres, explica que “el menosprecio, el control y el aislamiento suelen ser los primeros indicadores de que algo no va bien en una relación. Las mujeres que sufren violencia psicológica no identifican los primeros insultos y amenazas como signos del maltrato psicológico. Cuando surgen, sienten que ellas son culpables de activar la respuesta de sus maltratadores. Es fundamental poner fin a la situación desde los primeros síntomas”.
Te aisla
Si te impide relacionarte con familiares o amistades o incluso si se pone celoso o provoca peleas, no te ciegues: ¡Despierta! Laura Ruiz de Gallareta, directora General de la Mujer de la Comunidad de Madrid, recuerda que “una relación saludable es aquella basada en la confianza y respeto mutuo. Si te sorprenden el control y los celos, ten en cuenta las siguientes actitudes: Alerta si controla tu manera de vestir; si no expresas tus opiniones libremente por miedo a la reacción de él; si revisa tu teléfono móvil y redes sociales, si continuamente te sientes inferior, si tu pareja muestra celos o has dejado de salir con tu círculo de amistades porque a él “no le caen bien”. No permitas estas situaciones, porque son manifestaciones inequívocas de violencia de género”.
Te insulta
Si te amenaza, te humilla, te grita o te insulta, en público o en privado: ¡Peligro! No lo debes consentir. “El problema es que la sociedad española no acaba de entender que eso es maltrato”, lamenta la delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Blanca Hernández, con datos en la mano: “El 7% de la población tolera las amenazas verbales y el 9% el maltrato psicológico de desvalorización. Además, el 14% considera aceptable la restricción de libertad y el 31% de los encuestados acepta el control de horarios sobre la pareja”.
Marisa Soleto asegura que “la mejor forma de no caer en esta espiral es mantener una relación afectiva equilibrada y basada en la igualdad. Los elementos básicos son respeto, confianza, cooperación mutua y reparto equilibrado de responsabilidades y tareas, sin establecer relaciones de subordinación”.
2.-Espiral in crescendo
En la segunda fase se hace más evidente el peligro. Es el momento en el que muchas mujeres sienten que “algo no va bien”, pero no se atreven a verbalizarlo. El príncipe azul ya es un ogro.
Te culpa
Si tu tienes la culpa de todo, ¡reacciona! Aunque lo cierto es que para muchas mujeres resulta heroico trascender tantos siglos de legado cultural machista. “Es evidente que los insultos, la humillación, la culpa y toda la violencia psicológica son signos de la histórica estructura patriarcal de nuestra sociedad en la que se perciben estas actitudes como permitidas, normalizadas e indicadoras de la naturaleza masculina”, sostiene Ángeles Carmona.
Te amenaza
Si amenaza con hacerte daño a tí o a tu familia. ¡Protégete! Según Ana de Miguel, profesora de Filosofía Moral y Política en la Universidad Rey Juan Carlos, “las mujeres somos domesticadas para la sumisión desde pequeñas y recibimos el mensaje de que tenemos que aguantar y soportar porque ellos son así”.
Yolanda Besteiro, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, lamenta la existencia de un “ideal de comportamiento en el que tenemos que ser obedientes y nunca rebelarnos. Vivimos en función de otros y para otros. Consideramos natural lo que es un ataque a nuestra dignidad. El patriarcado está instalado en todas las esferas de nuestra vida y es muy poderoso. Tenemos que visibilizarlo para acabar con él”.
Te da miedo
Si te asustan su mirada y sus gestos, significa que sientes que estás en peligro. ¡Cuéntalo! ¡pide ayuda!. Blanca Hernández hace hincapié en que “incluso mujeres profesionales normalizan el maltrato, la violencia crece y ellas cada vez se sienten más culpables. Con más formación, sienten más vergüenza y eso las lleva a un mayor aislamiento”.
Lo confirma Ana María Pérez del Campo, presidenta de la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas desde 1974: “La violencia no depende de la formación cultural. Tenemos mujeres sin estudios, pero también catedráticas, médicas, científicas y políticas”. 1.300 mujeres han pasado por su centro integral de recuperación. “La violencia tampoco tiene que ver con el dinero –añade-, sino con los roles. Los machistas utilizan a sus mujeres como escaparate de su poderío. Las cubren de pieles y joyas y después las insultan, las desprecian o las pegan. La única diferencia es que, a las mujeres con más formación y posibilidades económicas, les resulta más fácil superar el terrorismo de género, que se ejerce a través del miedo y la dependencia. La víctima pierde su identidad como persona. Lo primero que hay que hacer es tenderles la mano e invitarlas a hablar”.
3.-Tus hijos y tu: Víctimas de la violencia
La violencia ya no es sólo verbal: en la tercera fase es explícita y la sufren la madre y los hijos. ¿Quieres seguir viviendo así?. Si la respuesta es NO, busca ayuda. Y mucho cuidado, porque el mayor peligro acecha cuando las víctimas anuncian que se van a separar. La orientación previa y el apoyo de personas especializadas es vital antes de mencionar palabras como separación, abandono de la casa o denuncia. Recuerda que no estás sola y que puedes acabar con esta situación, antes de llegar al extremo.
Te agrede
Si te ha agredido alguna vez físicamente, ¡no esperes a que se repita! “Es normal que tengas miedo a equivocarte, que sientas que aún le quieres. A menudo buscamos razones para justificarle (“es tan celoso porque me quiere”, “perdió los nervios porque tiene mucha responsabilidad”, “si soy buena esposa/pareja él cambiará”) o para minimizar la violencia (“no fue para tanto”, “esto le pasa a todo el mundo”). Estas creencias son falsas y pueden confundirte, debes saber que tú no provocas ni eres culpable de la violencia y que no hay ninguna razón que la justifique”, subraya Laura Ruiz de Galarreta.
Te fuerza
Si te ha obligado a mantener relaciones sexuales en contra de tu voluntad, ¡no lo consientas! Y no olvides que es delito. La escritora Laura Freixas denuncia que “existe una absoluta falta de conciencia del papel de la violencia en nuestra cultura” y, como presidenta de la asociación para la igualdad de género en la cultura, critica que “Perdida”, recién estrenada, “es una verdadera infamia, de una mujer que finge una violación para que acusen a su marido. También en “Kika”, de Pedro Almodóvar, se presenta una violación como divertida. Nuestros referentes culturales están plagados de aberraciones y de ejemplos en los que él es bueno y víctima, mientras que la mujer es una manipuladora”.
Laura Ruiz de Galarreta constata que “muchas víctimas se oponen a denunciar por miedo, culpabilidad, vergüenza, falta de apoyo social o familiar o por la dependencia económica del agresor. Su resistencia puede provocar incomprensión en el entorno, pero la ayuda de personas cercanas (familiares, amistades, compañeros de trabajo) es esencial”. Hay salida y muchos recursos a los que acudir.
Te chantajea
Si te amenaza con quitarte a tus hijas e hijos en caso de dejarlo, también te está maltratando. Es importante tener en cuenta que “los menores son las víctimas más invisibles y más vulnerables y hasta ahora la legislación y la práctica forense los ha tenido bastante olvidados”, en palabras de Ángeles Carmona.
Ana María Pérez del Campo reclama “formación obligatoriamente para los jueces en violencia de género” y Blanca Hernández concluye que “las denuncias y las víctimas bajan desde 2009. El reto es avanzar en políticas de Estado para lograr una sociedad libre contra la violencia, pero nos falta formación en los órganos judiciales”.
Gema Fernández Rodríguez de Liévana, abogada en Women’s Link, recuerda que el Comité de Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) exige a España “formación obligatoria dentro del sistema judicial”. En una resolución histórica, la ONU dictamina que la negligencia del sistema judicial español permitió el asesinato de Andrea, de 7 años, en una de las visitas concedidas a su padre. La madre, Ángela Carreño, había pedido medidas de protección y había presentado 30 denuncias contra el homicida.
La abogada critica que “tres meses después de la histórica condena al Estado español, ni el Ministro de Justicia ni la Ministra de Sanidad ni ningún otro cargo del Gobierno se han puesto en contacto con Ángela o con sus abogadas para ofrecerle una disculpa, indemnización o trabajar en medidas que ayudarían a que ninguna mujer tenga que sufrir las negligencias que tuvo que soportar Ángela”.
No seas cómplice
No mires hacia otro lado, actúa. Tradicionalmente la violencia de género se consideraba un asunto privado en el que ninguna persona externa debía intervenir. Sin embargo, hoy en día la violencia de género está considerada como un problema social y es un delito público. Por ello, la ciudadanía tenemos la obligación de denunciar a las autoridades, para que se puedan activar los mecanismos de protección a la mujer y los hechos no queden impunes.
Si crees que alguna mujer de tu entorno puede estar sufriendo violencia de género, ¿qué puedes hacer?. Laura Ruiz de Galarreta, explica: “No la presiones y hazle saber que estás ahí para apoyarla. Anímala y acompañala a pedir orientación y ayuda especializada. Trata de comprenderla y no la juzgues. Intenta hablar con ella de sus sentimientos, del mal trato, del control que ejerce su pareja y de la oportunidad que tienen ella y, en su caso, sus hijos, de empezar a vivir sin miedo y en un ambiente libre de violencia”.
¿Dónde acudir?
• 016 Teléfono gratuito de información y asesoramiento jurídico: 24 horas al día y en 51 idiomas. Garantiza la confidencialidad de los datos.
• 012 en Madrid. Asesoramiento e información telefónica. También en www.recursosmujeres.org y en el servicio de orientación jurídica 91 720 62 47.
• ANAR 900 20 20 10. Si eres menor de edad y crees que alguien de tu entorno está sufriendo violencia de género, llama a ese teléfono gratuito.
• Consulta la web: La Delegación del Gobierno para la Violencia de Género permite localizar recursos policiales, judiciales, información y asesoramiento: htpp://wrap.seigualdad.gob.es/recursos/search/SearchForm.action
• Observatorio Regional de Violencia Género: Busca el punto municipal más próximo a tu domicilio. Atención presencial y orientación.
• APP Libres. Información útil para saber cómo actuar en caso de maltrato.
• ATENPRO: El servicio telefónico de atención y protección a víctimas de violencia de género ha atendido a 10.330 mujeres. Teléfono: 900 22 22 92 http://www.msssi.gob.es/ssi/violenciaGenero/Recursos/ATENPRO/home.htm
• Centros de salud y servicios sociales. Confía en ellos y pide ayuda.
• Busca apoyo de familiares y amistades de confianza. Si has perdido contacto en los últimos tiempos, intenta retomarlo.
Es un artículo estupendo me ha encantado
Gracias Mariví.
Un abrazo
Silvia